La madre tiene algo de Dios, poir la inmensidad ded su amor, una madre que siendo jóven, tiene reflexión de anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud; una mujer que si es ignorante, resuelve los problemas de la vida como un sabio, y que si es inteligente, se acomoda a la simplicidad.
Una mujer que siendo pobree se alegra con lo que otros tgienen, yh siendo rica daría con gusto su tesoro, una mujer que siendo v igorosa se estremece con el llanto de un niño, una mujer que mientras vive no la sabemos valorar, porque a su lado todos los dolores se olvidan , pero después de muerta daríamos todo lo que tenemos, por mirarla un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, un solo beso. De ésta madre no me pregunten su nombre, porque yo la ví pasar en mi vida, y ella cubrió de besos mi cara y mi frente. Ella ha dejado aquí para vos y todas las madres del mundo, el retrato de una Madre. Gracias viejita querida, tu hijo Juan.
Santa Fe, Agosto 22 del 2009- Juan
sábado, 22 de agosto de 2009
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