Los padres creemos que para comunicarnos adecuadamente con nuestros hijos, nos basta el profundo amor que les tenemos, nuestra experiencia de la vida y la necesidad que ellos tienen de ser guiados y corregidos. Probablemente estos tres ingredientes, junto al sentido común, sean suficientes en muchas ocasiones para mantener una buena con nuestros hijos. Y talvez sería un esquema válido si no existieran los sentimientos.
El mundo emocional del niño es tan o más complejo que el del adulto, lo que dificulta el entendimiento entre ambos y hace imprescindible que los padres aprendamos el arte de la comunicación para garantizar que decimos lo que queremos decir y, a la vez escuchamos lo que realmente el niño siente y quiere decir. Esto puede parecer una niemidad, pero en las relaciones cotidianas, los conflictos, la sobrecarga del trabajo, y el cansancio ponen las relaciones entre padres e hijos en constante jaque.
Nosotros, como adultos, confiamos nuestros sentimientos, problemas y ansiedades sólo a aquellas personas que sabemos que realmente nos prestarán toda su atención, y nos escucharán más allá de las palabras. A los niños y a los adolescentes, les ocurre lo mismo. Y cuanto más pequeño es el niño, más necesita que prestemos oidos y atención a sus conflictos cotidianos por mucho que a nosotros, en ocasiones, nos parezcan insignificantes y baladíes. Las palabras que utililizamo s como respuesta a las explicaciones de un niño pueden facilitar que continuemos el diálogo o bloquearlo. Veamos el ejemplo siguiente :
LOS PADRES QUE QUITAN IMPORTANCIA A LAS COSAS
es fácil caer en el hábito de restar importancia a los problemas de nuestros hijos, sobre todo si realmente pensamos que ssus problemas son poca cosa en comparación a los nuestros. Comentarios del tipo "" bah"", no te preocupes, seguro que mañana volveís a ser amigas ", no será para tanto, seguro que apruebas, llevas preparándote toda la semana" pretenden tranquilizar inmediatamente a un nió o a un joven en medio de un conflicto. Pero el resultado es un rechazo casi inmediato hacia el adulto que se percibe como poco o nada perceptivo a escuchar.Con éste tipo de respuestas sólo lograremos alejar a nuestro hijo de nosotros y comunicarle que no nos interesan ni sus problemas ni sus sentimientos o que los consideramos de poca importancia, opinión de la que es fácil derivar " luego, yo tampoco les intereso.
LOS PADRES QUE DAN CONFERENCIAS:
La palabra más usada por los padres en situaciones de "conferencia o de sermón , es. Deberías, Son las típicas respuestas que preteden enseñar al hijo en base a nuestra propia experiencia, desdeñando su caminar diario y sus caidas " Deberías estar contento, la fiesta de cumpleaños, ha sido un éxito" o" deberías saber que tu profesor sólo quiere lo mejor para tí. Así estamos dejando de escuchar y de interesarnos por lo que realmente el niño o el joven está sintiendo o pensando.Después de respuestas de éste tipo, nuestro hijo dará media vuelta. y probablemente pensará: " ya está otra vez diciéndome, lo que tengo que hacer, que pelmazo "JUAN
viernes, 13 de febrero de 2009
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