Mis recuerdos se inician allá por el año 1940, cuando en mi casa tuvimos la visita de mi abuelo
 Piedrabuena, padre de mi mamá.
 Se encontraba de viaje por Santa Fe,procedentge de Jobson Vera, una humilde ciudad del norte
 santafesino.
 Había llegado, para realizar unos trámites en los tribunales, ya que él era Juez de Paz, en los tri
 bunales de dicha localidad.
 Cuando finalizó los trámites por los que había venido, ya había planeado su regreso al norte, y me  entusiasmó para que lo acompañara .
 
 Yo, ya había iniciado la primaria aquí, y mis paadres no querían que me fuera, pero mi abuelo ,
 los convenció,diciendo que la escuela continuaría en Jobson Vera. Demás está decirlo, que la ale
 gría que tenía, yo no la podía disimular, pués imaginaba muchas aventuras, que llenaban, mi corazón y mi alma.
 mi abuelo me inscribió en la Escuela Nº 440, donde cursaría mis estudios, junto a mis n uevos amigos, compartiendo los juegos y demás diabluras.
A mi abuelo le gustaba la pesca y la caza, cerca del pueblo, corría un arroyo no muy caudaloso, llamado El Toba. Ahí nos divertíamos muchísimo con las mojarritas, y unos que otro dientudo o amarillo, que había en abundancia.
También como había dicho, nos ibamos a cazar, dirigiéndonos a unos campos cercanos, que esta
 ban poblados de toda clase de aves, entre ellas las perdices, y otras especies como las liebres.
 Yo aún no estaba habilitado, y menos aún autorizado para tomar la escopeta. Con el transcurrir
 del tiempo, y con las reservas del caso, mi abuelo me enseñaría el manejo de la misma.
 Recuerdo asimismo, con mujcha nostalgia, las empanadas que hacía mi abuela,cocinaba de mara
 villas locros, y también los dulces, tales como de naranja,de leche, y otros que a mí como goloso
 que era,me encantaba.
 Para ese entonces, habían pasado más de dos años, y ya me había hab ituado a convivir con mis
 abuelos, pero como mis padres y mis hermanos me extrañaban muchísimo, tuve que regresar a
 Santa Fe. Mi padre había construido una casa en el Barrio  Maria Selva, en la calle  Avda A.del
 Valle al 5700, habiendo gestionado ante el Banco Hipotecario Nacional, un plan de vivienda.
 Papá era empleado de Correos, que en ese entonces se denominaba Correos y Telégrafros, hoy
 Correo Argentino, donde se desempeñaba como Encargado en la Sala de Trasmisiónm, oficina
 de Telégrafos.
 El viejo quería, que sus hijos estudiaran, y así nos comprometimos todos , éramos tres varones,
 y una mujer. Barry Oscar, hoy desaparecido, falleció en Diciembre del 2004, un ejemplo de her
 mano, amigo de todo el mundo, lo extrañamos muchísimo, pero hay que entender, y hacerse  a
 la idea, que morir es un accidentge, como nacer, vivir, y dar lugar a nuevas generaciones, es así
 nomás.
 Mis dos hermanos, están viviendo en la Provincia de Córdoba, Osmar Carlos, también está jubi
 lado, vive en Villa Carlos Paz, y junto a su esposa, estan dirigiendo un hotel residencial en  las  -
 sierras. Nuestra hermana, Estela Angélica, vive en Morteros, ciudad cercana a San Francisco, en
 el noreste de Córdoba. Volviendo a nuestra infancia con nuestro padre, muy entusiasta con las tareas que realizaba en el correo central, se empeñó en enseñarnos el difícil idioma del telégrafo,
 y la radiotelegrafía, que esa época el sistema morse, era líder en las comunicaciones, difícil arte.
 No descuidamos tampoco el estudio que nos habíamos impuesto. Yo ingresé al Comercial que
 estaba en calle San Martin, casi Moreno. Barry se recibió también de Perito Mercantil, y Osma
 siguió de Maestro mayor de Obras en la Avellaneda de la costanera.Nuestra hermana estudió ta
 quigrafía, y se casó antes de obtener un empleo.
 
  Gracias a las enseñanzas de nuestro padre, los tres hijos , ingresaron al correo central, como Te
  legrafista o Radiotelegrafista, y ocupamos cargos para los que fuimos preparados. Pasaron los
  años implacables, en el 72 tuve oportunidad de desempeñarme como personal de refuerzo  por
  tres meses que después se convirtieron en seis, en San Carlos de Bariloche, zona turística. Esto
  me dió la oportunidad de viajar, y conocer, casi todo el sur, incluso pude cruzar la cordillera, por
  el paso de Villa la Angostura, desembarcamos en ciudades como Osorno, Valdivia, Pto Varas ,fi
  nalizando la gira en el Oceáno Pacifico, visitando una hermosa ciudad como Puerto Montt.
  De regreso a mi Santa Fe,  mis superiores me invitaron a inscribirme a un curso, que se hacia
  aquí y en Baires, para Jefes de Oficinas, en el ámbito de la repartición de Correos. Felizmente  
  pude cursar con toda felicidad, y eso me habilitó para ejercer puestos de mayor categoria, en el
  ámbito oficial.
  Me casé, con Maria Elena,y tuvimos dos hermosos hijos, Marta Alejandra, y Marcdelo Daniel ,
  que a la fecha, nos han dado cinco nietitos queridos, Agostina, Juan Ignacio mellizos ellos, que
  hoy tiene ya 14 años, Franco de 11 ,Fabricio de 8, y el pequeño Juan  Cruz de 4 añitos.
  Prosiguiendo con mi relato, hago saber, que no resulta fácil hilvanar las palabras, toda vez que
  lo que se transcribe, son solamente recuerdos y vivencias, surgidas del devenir del tiempo y la
  vida.Continuando con ésto, en el mes de Septiembre de 1992 , me llego información de la jubila
  ción, que merecida o no, ya me encuentro con otras actividades, tratando de llevar lo mejor posi
  ble mi existencia.
  A finales del 2003,leí una publicación del diario, que comunicaba que se encontraba abierta la
  inscripción para acceder a cursos para Adultos Mayores, en nuestra querida Universidad Cató
  lica, y pude y estoy realizando el curso de Informática.
  No dudé en ningún momento, continuar, surgiendo en mí el espíritu e interés de hacer algo que
  ocupara mi tiempo y mi existencia.
  Dicho curso lo estoy realizando con el Profesor Edgardo Lurig,al que agradezco sus atenciones.
  Como todo que se inicia, y también termina, doy por finalizado éste relato, en la seguridad de
  continuar más adelante, hasta entonces. Juan
martes, 23 de septiembre de 2008
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